Pepephone deberá asumir una sanción de 3.000 euros que le impuesto la Agencia Española de Protección de Datos por dejar al descubierto en un mailing la dirección de correo electrónico de sus destinatarios. Lo curioso es que ha sido ella misma, quién se ha auto denunciado en muestra de arrepentimiento.
Pocas se ha visto ejemplos tan vivos de honradez y mucho más insólito es que esto ocurra en el mundo de las operadoras móviles virtuales. Pero aquí está. Pepephone cometió un error al exhibir por un descuido las direcciones de e-mails de sus clientes. Como muestra de arrepentimiento, la compañía se auto denunció.
Y es que cuando se comete un error, lo primero es asumirlo, sobre todo si ese acto irresponsable ha puesto en peligro a terceras personas. El fallo de Pepephone le ha podido ocurrir a cualquiera. Sin embargo, precisamente a la operadora que debe velar por la privacidad de sus clientes, la condena le vale el doble.
El hecho, calificado como una infracción grave, de seguro que habrá acarreado consecuencias internas. Y, por el momento, podemos confiar en la compañía, por lo menos, no le falta honradez.